Teniendo en cuenta el tráfico en Internet únicamente, vemos que desde comienzos de los años 90 se ha multiplicado por 20 millones, según diferentes fuentes del sector. Esta tendencia seguirá en aumento y según Gartner, a nivel mundial, “el número de organizaciones requiriendo nuevos servicios globales de red sigue aumentando debido a la globalización y a la reciente adopción de servicios en la nube.

El cloud, aplicaciones como el vídeo, comunicaciones máquina-máquina y el Big Data son motores que contribuyen a ese aumento”. Asimismo están cobrando mayor importancia los sistemas críticos de control, tanto en la industria como en infraestructuras críticas (gaseoductos, redes eléctricas, centrales, etc.). Estos sistemas (automáticos) cuentan con elementos complejos y con múltiples variables de entorno que son necesarias controlar para contribuir a que no haya interrupciones en los procesos de operación.
Desde su inicio Fibernet ha puesto un foco de atención especial en proporcionar soluciones innovadoras y que aporten valor al mundo de las comunicaciones por fibra. Inicialmente el objetivo estaba centrado en los grandes centros de proceso de datos y en su necesidad de conectividad. El abanico se ha ido abriendo para dar respuesta a toda la nueva demanda de soluciones de seguridad: securización de las comunicaciones ópticas. La forma en que Fibernet ha respondido a esta demanda ha ido en dos sentidos: por un lado cifrar las propias comunicaciones a bajo nivel introduciendo la mínima latencia posible para no perturbar el tiempo de transporte de los datos; y por otro lado, detectar posibles intrusiones o manipulaciones en las infraestructuras de comunicaciones proporcionando al cliente final una visión real de lo que está ocurriendo en su red. ¿Y cómo vemos el futuro en Fibernet y, sobre todo, qué podemos aportar a las nuevas demandas que están apareciendo?. Pues además de estas “autopistas ópticas” que serán las redes malladas de fibras para conectar todo con todo y a mucha velocidad, vemos unas nuevas infraestructuras que cambiarán el concepto de nuestras ciudades. Conjuntamente con esas mallas de fibra habrá una serie de dispositivos tomando datos de distintos parámetros del entorno con el fin de favorecer a unas
ciudades más sostenibles, una mejor calidad de vida para los que vivimos en ellas. Se ha hablado de las “smart cities”, del IoT, de las ciudades digitales.... distintas denominaciones con una única filosofía: disponer de medidas en tiempo real de todos los sistemas que gobiernan una ciudad con el objetivo de hacer una mejor gestión de los recursos al tiempo que mejoramos en medidas de seguridad.

Fibernet quiere ser pieza clave como referente tecnológico en esta evolución y apoyándose en la empresa de fotónica perteneciente al grupo: Fibernova, hemos abierto una nueva línea de productos para dar respuesta a esta nueva demanda del mercado: sensores pasivos basados en fibra óptica.
En cuanto a las tecnologías en las que están basados estos sensores podríamos hablar de tres tipos, fundamentalmente, entre otros:
- Redes de “bragg” (Fiber Bragg Grating). Una red de “bragg” es una perturbación periódica o aperiódica del índice de refracción del núcleo de una fibra. A través de las fibras se sensan distintas longitudes de onda en función del parámetro físico que se desea medir. Variaciones  físicas se traducen en variaciones en el efecto que producen esas perturbaciones en la señales de sensado (presión, desplazamiento, humedad, Temperatura, etc.)
- Otra técnica que se utiliza es la basada en la estimulación de “Brillouin” (Stimulated Brillouin Scattering). La utilización de esta técnica está más enfocada a trayectos de mucha distancia (> 50 km).
- Otra técnica utilizada es la detección de los cambios de polarización de la luz en el transporte a través de fibra. Cuando la luz atraviesa un campo magnético, por Faraday, este provoca un cambio en la polarización de la luz. Esto nos permite medir la intensidad del campo magnético y, como consecuencia, la corriente. En cualquier caso, hay toda una serie de ventajas utilizando sensores ópticos pasivos frente a los convencionales “activos”:
- Pequeño tamaño y más ligeros.
- Inmunes a interferencias electromagnéticas, lo que los hace idóneos para entornos críticos, ambientes explosivos, entornos de alta tensión, etc.
- Que no se calienten dado que son pasivos. Muchas aplicaciones consisten simplemente en fibra.
- Sus componentes son materiales aislantes (vidrio).
- Al ser componentes pasivos no requieren de alimentación y, por tanto, se pueden instalar en cualquier sitio y se acceden en remoto.
- Las distancias que se cubren son mayores
- Mantenimiento sencillo de alto MTBF.

Artículo cedido con Fibernet

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