Superada una primera fase de incertidumbre en el mercado -debido a la falta de estándares, a determinadas dudas razonables sobre la privacidad de los datos y al elevado coste de las etiquetas-, la tecnología de identificación por radiofrecuencia, RFID, avanza en sectores como el de la distribución y la logística.

En el ámbito de la logística y de las cadenas de suministro, la tecnología RFID resulta especialmente atractiva por su potencial para reducir los costes operativos y mejorar la eficiencia en la cadena de suministro, los inventarios, la logística y la atención al cliente de cara a los minoristas. Por ello, grandes establecimientos ya obligan a sus proveedores a etiquetar con RFID, pues esta tecnología permite, por ejemplo, detectar bajos niveles de existencias, reducir el volumen de productos de baja rotación, eliminar los errores de inventario (ya que su precisión se acerca al 100%) y garantizar una altísima disponibilidad de los productos demandados.

La avalancha de datos
Todas estas ventajas entrañan al mismo tiempo ciertos peligros, pues son pocas las empresas que se están preparando adecuadamente ante los problemas que plantea el colosal volumen de datos que esta tecnología genera en tiempo real. Los artículos preparados para la Radio Frecuency Identification crean hasta 100 veces más información que la tecnología de códigos de barras tradicional, y a diferencia de la relativa simpleza de dichos códigos, RFID usa tecnología electromagnética con mayor memoria, circuitos integrados y capacidad para almacenar una información mucho más detallada.

Los sensores RFID más avanzados son capaces de capturar condiciones ambientales tales como temperatura, iluminación y humedad. Esto, que en principio es tan extraordinario como positivo, puede transformarse en una pesadilla para cualquier persona que tenga que lidiar con millones de bytes de información, y para manejar correctamente los datos RFID, es indispensable convertirlos en información útil que sirva de base para la toma de decisiones en tiempo real.

Sin embargo, la tecnología actual cuenta con una solución eficaz ante la avalancha RFID: las plataformas de integración de datos (DI) y de Business Intelligence, con su capacidad para la captura, integración y análisis de la información, por lo que las plataformas de integración incorporan hoy funcionalidades que permiten afrontar el desafío RFID, para la captura de datos y su suministro on-line a cualquier aplicación en red; para la extracción de datos pertinentes a través de interfaces que permitan conocer qué información se ha movido, dónde, cuándo y cómo; y para capturar y transmitir sólo los datos actualizados.

La captura de los datos por sí sola resulta pues insuficiente. Es necesaria una solución integral que capture, integre y enriquezca los datos en lotes o en tiempo real y los entregue a la empresa. Una plataforma de integración de datos permite al mismo tiempo utilizar la tecnología RFID y dar soporte a normas, gestión de eventos en tiempo real, análisis de meta datos, linaje de datos, enriquecimiento de datos, perfilado y seguridad. También emplea la función integrada de limpieza de datos para unificar artículos entre múltiples proveedores y lugares en cadenas de valor distribuido. 
Por otro lado, las plataformas DI son capaces de leer cientos de formatos de datos y los transforman al formato elegido, pues el motor de integración genera un nuevo conjunto de datos que responde a las necesidades del minorista, alertando sobre los eventos predefinidos o bombeando datos hacia data warehouses, donde éstos se analizan con herramientas BI.
Estas plataformas de integración enriquecen además, en tiempo real, los datos RFID con información contextual, como datos de precios, geográficos y de caducidad. Los datos de productos capturados en cada momento, lugar y paso de una cadena de suministro podrán así analizarse en dimensiones que antes no hubiesen sido prácticas, y los beneficios de controlar un producto a lo largo de la hacen que la tecnología RFID se imponga en los próximos años como una de las herramientas más útiles para obtener el máximo valor de la información.