En 2025, el sector de la seguridad electrónica se centrará en maximizar las inversiones existentes para aumentar la seguridad, mejorar la eficiencia y fomentar la colaboración entre equipos. Aunque el entusiasmo por desplegar tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) sigue siendo significativo, las inversiones sostenibles en gobernanza, gestión de riesgos y cumplimiento de normativas tendrán prioridad.
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