En multitud de ocasiones nos encontramos con acepciones que integran la jerga del mundo de las TIC y que nosotros mismos aceptamos de manera natural como algo perfectamente comprensible. Dentro de ese grupo de conceptos está la denominada “fibra oscura”, que tiene más contenido de marketing que real pero que, intuitivamente, nos expresa su significado.


Por supuesto se trata de fibra sin iluminar o, dicho de otra forma, de un medio de comunicaciones (fibra) sin equipamiento en los extremos que ilumine o envíe una señal láser con datos a través de dicho medio.
En el mundo de las comunicaciones sabemos que las operadoras se encargan de establecer el camino o “el medio” de transporte para enlazar los diferentes nodos y de establecer las comunicaciones entre ellos.

 


Cuando este medio de comunicaciones es el cobre, las líneas telefónicas son su aplicación final y así establecen circuitos de voz y enlaces ADSL, tan conocidos hoy por su uso en el acceso a Internet.


Existen también enlaces RF o de radiofrecuencia que de la misma manera envían señales RF para transportar información entre nodos. Bien conocidos son los enlaces WIFI de uso tan cotidiano que permiten conectar en topología “multipunto” varios ordenadores entre sí.


El mundo de la fibra óptica ha sufrido en muy poco tiempo una tremenda evolución con conceptos difíciles de asimilar salvo dentro del entorno profesional, de manera que el término “fibra oscura” en principio no nos dice mucho.


Actualmente existen redes de fibra óptica muy desarrolladas, fibra que forma una extensa capa de comunicaciones dentro de nuestras ciudades, así como de interconexión entre ellas, que permiten habilitar grandes infraestructuras de transporte que proveen las comunicaciones de hoy día.


Las operadoras que ejercen como tal disponen y usan estas densas redes enviando información entre los diferentes nodos de interconexión. El transporte se realiza mediante señales digitales de luz láser a través de la fibra óptica, codificando en ceros y unos dicha información o, apagando y encendiendo un láser en uno de sus extremos para que esa información sea recibida a través de un fotorreceptor del extremo opuesto.
Estos equipamientos de los extremos son introducidos por la operadora que ofrece sus servicios al usuario proporcionado circuitos de diferente velocidad.


La evolución de estos servicios hace que en ocasiones existan operadores de fibra cuyo cliente es otro operador que a su vez ofrece servicios gestionados de comunicaciones. En estos casos al primer operador es al que denominamos “operador de fibra oscura”, dado que el equipamiento que ilumina la fibra es responsabilidad del segundo.


Algo similar hemos visto en el pasado con las operadoras de cobre. En un principio el servicio estándar de la operadora era una línea junto con un teléfono alquilado (o módem), y no conectaba directamente la línea de cobre al equipo del usuario. Más tarde, con la evolución de este servicio, se ha pasado a contratar directamente la línea de cobre y se recibe una roseta de conexión sin teléfono que el propio usuario se encarga de comprar. Por analogía podríamos hablar en este caso de línea de “cobre sin iluminar eléctricamente”.


En la actualidad, la fibra hasta el hogar (o FTTH) ofrece conexiones en fibra que terminan en el usuario en un equipo denominado ONT, que es suministrado por la operadora, aunque en los próximos años este servicio evolucione de forma similar a la de la fibra oscura junto con el  equipamiento del que el cliente ya disponga.
Tradicionalmente la transmisión de señales láser a través de la fibra se realizaba por medio de un láser que enviaba una señal codificada en ceros y unos (apagado, encendido) de una determinada longitud de onda o frecuencia de luz. La capacidad de transporte de información con este sistema llega normalmente a los 10 Gbps.

Actualmente existen sistemas capaces de transmitir, a través de una fibra, “n” señales utilizando los mismos mecanismos tradicionales de apagado-encendido de los láseres. Es lo que se conoce por multiplexación de longitud de onda a través de fibra o la transmisión de varios colores o frecuencias a través de fibra. En España se fabrican sistemas de transporte introduciendo “n” láseres de diferente “color” o longitud de onda (o frecuencia) en la fibra, lo que multiplica, de esta forma tan sencilla, la capacidad de este medio hasta convertirse la capacidad total del enlace de fibra, por ejemplo, en n x 10 Gbps.


Existen muy pocas empresas punteras en el mundo que lleguen a transmitir 240 longitudes de onda o lambdas en la fibra. Fibernet en España es una de ellas,  al ofrecer capacidades de 2,4 Terabits/seg por enlace de fibra.
Para que podamos hacernos una idea de lo que supone esta capacidad de transmisión, podríamos decir que con un único enlace se conseguiría conectar vía telefónica toda la población de España desde un extremo a otro si se incorporara a la solución de transmisión de Fibernet un sistema tradicional de telefonía sobre fibra.


Pero la evolución del término “fibra oscura” sigue avanzando, y aparece el nuevo concepto: “lambda oscura” que se utiliza para determinar la capacidad de las redes de fibra en topología de malla y permite enrutar o encaminar lambdas a través de los “carriles ópticos” de las autopistas de fibra. Las operadoras ofrecerán conectividad de diferente ancho de banda mediante el uso de una o varias lambdas entre los diferentes nodos de una red mallada.


Con las nuevas capacidades de las redes troncales de 100Gbps, 400Gbps e incluso 1000Gbps por servicio, podemos imaginar grandes capacidades en el acceso con nuevos servicios que, en una primera fase, podrían ser proporcionados por operadores de operadores y finalmente al usuario final. Esto permitiría capacidades de transporte inimaginables hoy en día. Pensemos por ejemplo en un servicio FTTH semejante que facilite al usuario final una conexión FTTH de 30 Gbps, o dicho de otra manera, 3 lambdas de 10Gbps.


Aunque se vislumbre una viabilidad técnica para una extensa malla de fibra óptica con múltiples puntos de intersección a nivel ultra-nacional que permita el enrutamiento de lambdas entre sus nodos como si se tratase de paquetes IP, sólo cuando se establezca de manera dinámica la ruta por demanda de ese gran ancho de banda, entonces podremos hablar de servicios que requieran esta tecnología, y que aún no conocemos.


La realidad está en la calle. Existe toda una red mallada de fibra óptica que llega hasta nuestras casas, que pasa por nuestras calles y que se extenderá en los próximos años, a medida que vaya aumentando la demanda de contenidos y se supere la capacidad de nuestros accesos a la RED. Entonces seremos capaces de percibir las redes de fibra óptica como las redes de futuro.

Autor:

José M. Marín, Presidente de Fibernet

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