Si está leyendo este artículo mientras se dirige a su trabajo en un tren repleto de gente, considérese afortunado, tanto si ha encontrado asiento, como si apenas dispone de espacio para desplegar un periódico o consultar su smartphone. Por supuesto, su suerte puede ser relativa. Si vive en Londres, tiene un 50% más de posibilidades de que su viaje dure al menos 45 minutos y también puede formar parte del 20% de los viajeros que, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadística, tardan más de una hora en llegar al trabajo todos los días.


El panorama es similar en toda Europa. Los trabajadores de las grandes ciudades afrontan largos y estresantes desplazamientos, elevados costes de la vivienda, contaminación y dificultades para encontrar escuelas para sus hijos.
Mientras tanto, las autoridades de muchas zonas rurales están luchando por mantener vivas sus comunidades, ya que los jóvenes se van a trabajar a las grandes capitales. El resultado es una espiral de deterioro de los servicios y las infraestructuras en las zonas rurales, que a su vez agrava el desafío que supone proporcionar servicios a una población envejecida.

 


El peligro es que las grandes ciudades prosperen a expensas de las comunidades rurales; una opción que pocos gobiernos o votantes consideran políticamente aceptable. Sin embargo, el entorno económico actual no se presta a grandes inversiones en servicios de educación, salud y transporte para las comunidades dispersas. Por eso, cada vez más gobiernos de todo el mundo ven las infraestructuras de banda ancha de muy alta velocidad como la forma más asequible de prestar servicios que revitalicen las zonas rurales. Miles de asistentes debatirán este asunto durante los Open Days - Semana Europea de las Regiones y las Ciudades que se celebra en Bruselas del 10 al 13 de octubre. Cuando hablen de invertir en el futuro del continente, la Agenda Digital para Europa será un tema importante.


Estímulos gubernamentales

Esos debates incluirán, seguramente, los nuevos planes de la Comisión Europea para asignar más de 9.000 millones de euros a la banda ancha en el nuevo presupuesto europeo para 2014-2020.
Si disponen de redes de fibra óptica en sus instalaciones, las empresas y los teletrabajadores de las zonas rurales pueden trabajar de forma eficiente con clientes de todo el mundo como lo harían desde una oficina situada en una gran ciudad.


Además, las redes de Fibra Óptica hasta el Hogar (FTTH) de muy alta velocidad permiten ofrecer en las zonas rurales una amplia gama de servicios públicos y culturales como películas, eventos deportivos, educación, salud o redes sociales basadas en el vídeo.


De hecho, los responsables políticos reconocen que el acceso a la banda ancha de muy alta velocidad es tan esencial para el desarrollo de la economía como las carreteras, la electricidad o el agua.
Reino Unido, Italia, Francia y Portugal figuran entre los países de Europa que están contribuyendo a facilitar y financiar la implantación de la banda ancha de muy alta velocidad en todo el país. Los municipios y las empresas energéticas de Suecia, Dinamarca, Noruega, Alemania y otros estados ya han puesto en marcha sus propias iniciativas para conseguir que las redes de fibra estén disponibles para los consumidores y las empresas en las zonas rurales.


Nuevos modelos de negocio

Aunque la banda ancha de muy alta velocidad es útil para todos los sectores de la sociedad, sus beneficios son mayores en las zonas rurales. Un estudio realizado por el FTTH Council Europe lo ha confirmado de una forma rotunda[1]. Sin embargo, los operadores están dispuestos a competir para construir en paralelo redes de banda ancha de alta velocidad en las grandes ciudades densamente pobladas, donde ya existen tanto infraestructuras de banda ancha como una gran cantidad de actividades culturales. Por el contrario, los habitantes de los pueblos y municipios de las zonas rurales tienen que elegir a menudo entre una conexión de hilo de cobre de baja calidad o una red móvil. Por lo tanto, cualquier proveedor de FTTH en las zonas rurales probablemente disfrutará de una elevada tasa de adopción, además de un rápido despegue de los servicios, ya sean televisión, descargas de películas en alta definición o servicios sanitarios y comunitarios, en especial si están preparados para adoptar modelos de negocios alternativos.

FTTH1En Noruega, un suministrador regional de energía, Lyse, creó en 2002 una filial llamada Altibox para proporcionar fibra óptica a los hogares, incluidos grupos de 300 o 400 viviendas en zonas rurales. Altibox, que reduce los costes de conexión al permitir que los clientes caven sus propias zanjas, ahora copa el 13,4% del mercado total de la banda ancha en Noruega y tiene una tasa de penetración de alrededor del 70% en los hogares con acceso a la fibra óptica.
Otra ventaja de la banda ancha de muy alta velocidad en las áreas rurales es que permite a los gobiernos replantearse la forma de distribuir los servicios públicos. Las aplicaciones existentes en Suecia, por ejemplo, muestran cómo los pacientes pueden usar las redes de fibra óptica hasta el hogar para consultar de forma remota con las enfermeras, lo cual reduce la necesidad de desplazamientos largos y costosos a hospitales distantes.


Creación de empleos tecnológicos en zonas rurales

La ciudad de Hudiksvall, en el norte de Suecia, ilustra los tangibles beneficios económicos y sociales de la implantación de las redes FTTH en las comunidades rurales. Ante la pérdida de población, esta comunidad optó en 2004 por establecer redes FTTH como forma de atraer a empresas que crean empleo y prestan servicios. El resultado ha sido un incremento anual de entre el 6% y 14% en el número de nuevas empresas en la región, así como el establecimiento de un nuevo centro de investigación del instituto de investigación sueco ACREO. En Francia, la ciudad de Pau finalizó la implantación de una red de FTTH en 2005, lo que ha ayudado a crear más de 800 nuevos puestos de trabajo y atrajo a la Escuela Internacional de Ciencias del Tratamiento de la Información (EISTI), que ha construido un campus en la ciudad. (CONECtrónica nº 148, junio 2011, páginas 14-15).


En ambos casos, los gobiernos locales intervinieron para fomentar el despliegue de las redes FTTH. Los responsables políticos se han dado cuenta de que no pueden dejar la implantación de la FTTH a merced de las fuerzas del mercado, ya que éstas centran sus inversiones en las redes de banda ancha de muy alta velocidad ubicadas en las grandes ciudades. Sin embargo, cualquier gobierno que invierta dinero público en la banda ancha de muy alta velocidad debe evitar la tentación de adoptar soluciones provisionales.


Algunos gobiernos están tratando de utilizar el espectro inalámbrico liberado por la transferencia de la televisión analógica a la digital para ofrecer banda ancha en las zonas rurales. Sin embargo, la elección de la tecnología inalámbrica para reducir los riesgos de la brecha digital supone una desventaja para las poblaciones rurales. La capacidad de las redes inalámbricas es inherentemente limitada, lo cual supondrá en el futuro una restricción en las prestaciones de educación, atención médica y otros servicios sociales. Además, es probable que los trabajadores del conocimiento se lo piensen dos veces antes de trasladarse a áreas que sólo ofrecen banda ancha inalámbrica. Hoy en día, los gobiernos y el sector privado están valorando cómo extender las infraestructuras de banda ancha de alta velocidad a todo el país. Sin embargo, su elección es más sencilla de lo que parece. Elegir con acierto las inversiones en redes de banda ancha puede crear nuevas opciones de estilo de vida para los habitantes de las ciudades y estimular las economías rurales. Sólo la FTTH, con su capacidad casi ilimitada, es capaz de lograrlo.


¿Queremos una Europa de regiones más prósperas o una Europa de grandes ciudades?

Muchas de las decisiones sobre el desarrollo de las regiones en Europa se están tomando ahora: el nuevo presupuesto de la UE para 2014-2020 se planifica y negocia durante los Open Days y a lo largo de los próximos meses. Las declaraciones inequívocas a favor de un fuerte apoyo presupuestario a las zonas rurales y un enfoque claro en el acceso mediante fibra óptica serán las herramientas para lograr que las zonas rurales de Europa sigan siendo competitivas y exitosas. Los Open Days que tienen lugar en Bruselas reúnen a varios miles de participantes, procedentes de los diferentes países europeos, para discutir el impacto de la Agenda Digital en las zonas rurales.
El resultado debería ser una clara apuesta por las regiones, ¡y no conformarse con 1, 6, 10 ó 30 Mbps! Las zonas rurales tienen derecho a estar igualmente conectadas a los habitantes de las ciudades mediante una tecnología, la fibra óptica hasta el hogar, que garantiza el futuro.

Autor: FTTH Council Europe

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