En 2023, la industria gestionará el consumo y la huella de carbono impulsando tendencias hacia la regulación, la normalización y la búsqueda de alternativas de generación de energía. Los centros de datos se enfrentan a un mayor número de normativas.

Las crecientes presiones para dar respuesta a las demandas de energía y agua de los consumidores están obligando a los gobiernos a examinar con más detenimiento los centros de datos y el consumo excesivo que hacen de esos recursos. Se estima que hoy en día los centros de datos son responsables de hasta el 3 % del consumo mundial de electricidad y se prevé que alcancen el 4 % para 2030. Una instalación media de hyperscale consume entre 20 y 50 MW al año, lo que teóricamente es suficiente energía para suministrar electricidad a 37 000 hogares. Los expertos de Vertiv creen que esto va a provocar un mayor escrutinio desde los gobiernos en 2023.

Ya está ocurriendo en algunos lugares. Dublín (Irlanda) y Singapur han tomado medidas para controlar el consumo de energía de los centros de datos y es muy probable que el consumo masivo de agua por parte de los centros de datos provoque revisiones similares, especialmente en las zonas propensas a sequías. Según el Departamento de Energía de los EE. UU., la efectividad en el consumo de agua (WUE, por sus siglas en inglés) de un centro de datos medio que utiliza sistemas de refrigeración por evaporación es de 1,8 l por kWh. Ese tipo de centro de datos puede consumir entre 11 y 19 millones de litros de agua al día, similar a la capacidad de una ciudad de entre 30 000 y 50 000 personas. El sector seguirá tomando medidas para autocontrolarse y moderar los consumos, como una creciente preferencia por los diseños térmicos respetuosos con el medio ambiente, aunque en 2023 la supervisión normativa va a aumentar.

Los Hyperscalers
Según una encuesta reciente de Omdia, el 99 % de los operadores de centros de datos empresariales afirman que los diseños de centros de datos modulares prefabricados formarán parte de su futura estrategia en ese ámbito. Eso es más que una tendencia: es la nueva normalidad. Los expertos de Vertiv pronostican para 2023 un cambio continuo en la misma dirección entre los hyperscalers a medida que buscan la velocidad y la eficiencia que ofrece la estandarización.

Este es un concepto nuevo para los principales proveedores de servicios en la nube en todo el mundo y están recurriendo a proveedores de colocation, que por otro lado llevan estandarizándose desde hace años, para hacerlo realidad. En concreto, esos proveedores de servicios en la nube están externalizando sus nuevas compilaciones a colos para aprovechar su experiencia en el mercado, repetibilidad comprobada y velocidad de despliegue. La estandarización, que abarca desde componentes modulares como los módulos de alimentación eléctrica/refrigeración y skids, hasta instalaciones prefabricadas completas, se convertirá en poco tiempo en el enfoque por defecto no solo para la empresa, sino también para hyperscale y el Edge de la red.

Los generadores diésel ven una competencia real
El generador diésel ha sido durante mucho tiempo una pieza imperfecta pero inevitable del ecosistema de los centros de datos. Representa la energía almacenada que en gran medida no se utiliza mientras sigue requiriendo mantenimiento o sustitución del combustible tras largos períodos de inactividad. Y cuando entran en servicio, los generadores producen emisiones de carbono que los operadores intentan evitar desesperadamente. Algunas organizaciones ya recurren a baterías para soportar cargas más tiempo, hasta cinco minutos en algunos casos, e incluso diseñan sus centros de datos con una capacidad de generador mínima.

Se trata de pasos de transición para minimizar el papel del generador mientras el sector busca otras opciones, incluidas las nuevas tecnologías de batería, para disponer de autonomías prolongadas. En 2023, los expertos de Vertiv anticipan que surgirá una alternativa que va a ser la preferida: las pilas de combustible de hidrógeno. Estas pilas de combustible funcionarán al principio como un generador, proporcionando soporte de carga momentáneo y, finalmente, prometen una operación sostenida o incluso continua.

Las densidades más altas alteran las estrategias térmicas
Tras años de densidades de rack relativamente estáticas, los operadores de centros de datos solicitan cada vez más racks de mayor densidad. De acuerdo con la Encuesta global de centros de datos de 2022 del Uptime Institute, más de un tercio de los operadores de centros de datos afirman que sus densidades de rack han aumentado rápidamente en los últimos tres años. Esto es especialmente cierto entre los centros de datos de grandes empresas e hyperscale, donde casi la mitad de los que operan instalaciones de 10MW o más declararon tener racks de más de 20kW y el 20 % afirmó usar racks superiores a 40kW.

Esto es coherente con la madurez de las tecnologías de servidores refrigerados por líquido y con el aumento de la aceptación y adopción de dichas tecnologías. Los aumentos mencionados anteriormente en el consumo de potencia de los servidores se están produciendo a medida que la necesidad de añadir capacidad rápidamente está creciendo, lo que supone un desafío para los operadores en cualquier parte del mundo. Esto no les deja más opción que explorar los límites de las instalaciones existentes añadiendo computación en espacios reducidos, aumentando las densidades de rack y creando perfiles térmicos que requieren refrigeración líquida. Si bien la refrigeración líquida no es una nueva tecnología, la primera oleada de despliegues con éxito, eficientes y sin problemas en entornos de alta densidad ha proporcionado una prueba de concepto que impulsará la adopción en el próximo año. La incorporación de la refrigeración “directa al chip” a los nuevos estándares OCP y Open19 no hará más que acelerar esta tendencia.